Dormir Bien y Sus Efectos Para La Salud

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad del cuerpo. Los médicos recomiendan un mínimo de 8 horas de sueño en el que, el cuerpo, pueda recuperarse de las actividades del día. Esta recuperación no sólo es física sino mental. Para entender mejor la importancia del sueño en el bienestar de nuestro cuerpo, es necesario reconocer la estructura del mismo y qué sucede en cada etapa de éste. Hace no mucho, se creía que el sueño era sólo caer casi inconscientes en los brazos de morfeo. Pero la realidad, es que el sueño en sí, se compone de varias fases y ciclos.

Fases del sueño

El sueño se compone de 2 ciclos denominados NREM y REM. Uno se encarga de la recuperación y reparación física del cuerpo, mientras el otro se encarga de los tejidos cerebrales.

El ciclo no REM

Está caracterizado por la recuperación física del cuerpo, la reparación celular y reconstrucción de las fibras musculares. De acuerdo a la forma del sueño se garantiza la calidad del descanso y el comportamiento del cuerpo al día siguiente. De este ciclo del sueño depende el siguiente será un día activo y con mucha energía o un día con desaliento y cansancio. Este ciclo a su vez se divide en 3 fases.

Primera fase

Es la de adormecimiento y se trata de la transición entre estar despierto y el sueño ligero. Se desarrolla durante los primeros 10 minutos de iniciado el sueño. Un momento en el que el cuerpo se desconecta del mundo exterior y se regula la respiración.

La segunda fase

Es aquella de más duración. Aproximadamente, el 50%  de todo el sueño transcurre en esta fase. En este punto los músculos se adormecen completamente y gracias a ello es posible la recuperación física, se metabolizan todos los nutrientes en el cuerpo y las células se recargan de energía para afrontar las actividades de un nuevo día.  

Tercera fase

La tercera es la fase de sueño profundo. Comienza con una transición de un par de minutos en el que la actividad cerebral se detiene casi por completo. las ondas cerebrales se vuelven lentas, la presión arterial desciende entre el 10% y 30%, la percepción del mundo exterior desaparece, momento en que se vuelve muy difícil para una persona despertarse. En este escenario, además, es donde se segregan las hormonas de crecimiento tan importante para los niños y los deportistas.

Ciclo REM 

El otro ciclo del sueño es el REM, denominados así por los movimientos oculares rápidos (“Rapid Eye Movements”) esta es una etapa en la que la actividad cerebral se activa nuevamente. El cerebro funciona casi de igual forma que despierto. En los bebés es el ciclo más presente y de más importancia pues es un momento de aprendizaje, de comprensión, en el que se almacena información nueva y se depuran datos de la memoria. Durante este ciclo soñamos en forma de historia y se perciben con más facilidad los sonidos del mundo exterior. Por tanto, es fácil despertarse en este escenario. 

Esta es la composición del sueño normal en una persona. La duración aproximada de todos los ciclos es de 90 a 110 minutos. En promedio, una persona puede repetir este ciclo entre 4 y 6 veces por noche, con  pequeños despertares intermedios. 

Es claro que no podemos priorizar un tipo de sueño sobre otro porque en cada uno se llevan a cabo funciones muy diversas orientadas al bienestar de nuestro cuerpo. Por ello, la postura de la medicina es clara al recomendar un mínimo de horas diarias de sueño.

Cómo garantizar una mejor calidad de sueño

Te recomendamos realizar una rutina antes de dormir de manera que con el tiempo puedas crear un hábito de sueño saludable. Puedes comenzar por cenar algo ligero, de este modo no se sentirá pesado y no le costará a tu cuerpo descomponer esa última comida del día. Es una excelente idea tomar una ducha caliente antes de dormir para relajar los músculos y quitar un poco de tensión sobre ellos. Se recomienda escuchar música relajante e incluso si estás de ánimo, realizar un poco de yoga para estirar el cuerpo. Puedes escoger el orden en que quieres realizar estas actividades e incluso sumar algunas más. Por ejemplo, un vaso de leche tibia, o una aromática. De esta manera, vas a regalarle al cuerpo una noche de sueño y descanso tranquilo para tu cuerpo y mente. 

Si deseas conocer que tanto de cada ciclo duermes cada noche, puedes adquirir un dispositivo que te permita monitorear la calidad de tu sueño. Los relojes inteligentes hoy en día permiten identificar incluso que ciclo del sueño es más activo cada noche y al día siguiente podrás acceder a esta información desde tu móvil. 

¡Te animamos cuidar de tu salud y a vivir plenamente!